Se emplean diversas técnicas para impulsar la pelota en
distintas situaciones del juego. En todas ellas el balón debe ser golpeado, no
agarrado ni lanzado. La retención, arrastre o acompañamiento del balón es
falta. El criterio arbitral en la aplicación de esta norma es fuente habitual
de polémica por parte de los aficionados que asisten a los partidos.
Saque.
Cada punto se inicia con un saque del balón desde detrás de
la línea de fondo. Se lanza el balón al aire y se golpea hacia el campo
contrario buscando los puntos débiles de la defensa del adversario. Se puede
hacer de pie o en salto. Es importante la orientación del saque porque el
jugador contrario, que se ve obligado a recibir el tiro, queda limitado para
participar en el subsiguiente ataque.
Bloqueo.
Es la acción encaminada a interceptar cualquier ataque del
equipo contrario, saltando junto a la red con los brazos alzados buscando
devolver directamente el balón al campo del contrario, o en su defecto,
estrecharle el campo de ataque para inducirlo a echar el balón fuera del
terreno de juego. En el bloqueo pueden participar hasta tres jugadores (los
tres delanteros) para aumentar las posibilidades de intercepción. También serán
importantes aquí las ayudas de la segunda línea para recuperar el balón en caso
de un bloqueo fallido. Una de las opciones que tiene el atacante en salto es
precisamente no evitarlo, sino lanzar el balón con fuerza directamente contra
el bloqueo, forzando el fallo y la correspondiente falta.
Recepción.
Interceptar y controlar un balón dirigiéndolo hacia otro
compañero en buenas condiciones para poder jugarlo. Los balones bajos se
reciben con los antebrazos unidos al frente a la altura de la cintura y los
altos con los dedos, por encima de la cabeza. En otros casos hacen falta
movimientos más espectaculares. Es habitual ver al jugador lanzarse en plancha sobre
el abdomen estirando el brazo para que el balón bote sobre la mano en vez de en
el suelo y evitar así el punto.
Se utilizan las técnicas de antebrazo, voleo, cabeceo o
golpe con cualquier parte del cuerpo como último recurso. Se aplican distintas
técnicas para la recepción del saque, para defenderse de distintos ataques o
incluso para recuperar balones mal controlados en un bloqueo o toque anterior.
Colocación.
Normalmente el segundo toque tiene como fin proporcionar un
balón en condiciones óptimas para que con el tercer toque un rematador lo meta
finalmente al campo contrario. La colocación se realiza alzando las manos con
un pase de dedos, el pase más preciso en el voleibol. El colocador tiene en su
mano (y en su cabeza) la responsabilidad de ir distribuyendo a lo largo del
juego balones a los distintos rematadores y por las distintas zonas.
Ataque-remate.
El jugador, saltando, envía finalmente el balón con fuerza
al campo contrario buscando lugares mal defendidos, o contra los propios
jugadores contrarios en condiciones de velocidad o dirección tales que no lo
puedan controlar y el balón vaya fuera.
El jugador también puede optar por el engaño o finta dejando
al final un balón suave que no es esperado por el contrario. Aunque se dispone
de tres toques de equipo, se puede realizar un ataque (o finta) en los primeros
toques para encontrar descolocado o desprevenido al equipo contrario.
Se nombran distintos tipos ataques con el número de la zona:
Ataque zaguero: Es el que realizan los que se encuentran en
las posiciones defensivas sin sobrepasar la línea de 3 metros.
Ataque por 4: Es el ataque que realiza el atacante que se
encuentra en zona 4.
Ataque por 2: Es el ataque que realiza el atacante que se
encuentra en zona 2.
Ataque central: Es el ataque que realiza el atacante de zona
3.
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